09 diciembre 2005

Yo acuso ... o mejor, lo hace H. Pinter

París, 13 de enero de 1898 ... Émile Zola escribe su famosa carta al presidente de la Republica Francesa donde se levanta como el niño del cuento "El traje nuevo del Emperador" gritando la verdad evidente que nadie quiere ver, que el emperador está desnudo. En este caso es la flagrante injusticia que la República Francesa ha cometido con uno de sus funcionarios, el oficial Dreyfus, que ha sido acusado, juzgado y condenado por un delito que nunca cometió. Para leer el texto completo no hay mas que pulsar aquí, y para saber más del caso, por ejemplo aquí.
Hoy estamos ante un caso similiar, pero globalizado; la injusticia la ha cometido el emperador global y los tontos útiles han sido todos los gobernantes que miran hacia otro lado. De nuevo un intelectual se ha levantado como el mayor héroe de la historia -el niño del cuento del emperador me parece la actitud más heróica posible: levantarse frente a la masa, frente al prejuicio y los intereses para decir lo más difícil, la verdad- y ha gritado en uno de los foros más mediáticos y globalizados de nuestra era -la ceremonia de los Premios Nobel-. Me estoy refiriendo al discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura del año 2005 de
Harold Pinter, que podéis leer aquí, eso si, en inglés (en cuanto encuentre alguna traducción decente, la pincho también). No lo copio entero por aquello del copyrigth que pone en la cabecera de la página. Solo un párrafo basta como ejemplo del lenguaje directo y llano que usa Pinter:
"What has happened to our moral sensibility? Did we ever have any? What do these words mean? Do they refer to a term very rarely employed these days – conscience? A conscience to do not only with our own acts but to do with our shared responsibility in the acts of others? Is all this dead? Look at Guantanamo Bay. Hundreds of people detained without charge for over three years, with no legal representation or due process, technically detained forever. This totally illegitimate structure is maintained in defiance of the Geneva Convention. It is not only tolerated but hardly thought about by what's called the 'international community'. This criminal outrage is being committed by a country, which declares itself to be 'the leader of the free world'. Do we think about the inhabitants of Guantanamo Bay? What does the media say about them? They pop up occasionally – a small item on page six. They have been consigned to a no man's land from which indeed they may never return. At present many are on hunger strike, being force-fed, including British residents. No niceties in these force-feeding procedures. No sedative or anaesthetic. Just a tube stuck up your nose and into your throat. You vomit blood. This is torture. What has the British Foreign Secretary said about this? Nothing. What has the British Prime Minister said about this? Nothing. Why not? Because the United States has said: to criticise our conduct in Guantanamo Bay constitutes an unfriendly act. You're either with us or against us. So Blair shuts up."
Evidentemente se centra en su país y pregunta a su primer ministro ... pero ¿es que Guantánamo nos es ajeno a alguno? Unos párrafos más arriba, Pinter se dedica a recordarnos que hizo, y sobre todo que dejó de hacer, el gobierno de ese gran país que es EE.UU. en Hispanoamérica -Chile, Nicaragua, etcétera- y que se dijoy se dice sobre los paises comunistas -el Gulag, por ejemplo- desnudando la hipocresia y la doble moral. Quizá, como dice él, todo hay que tragarlo porque los EE.UU. mantienen estructuras militares en 132 paises de los 191 que, según la ONU, hay en el mundo; o quizá porque es el país con una política de desarrollo y despliege de nuevas armas nucleares más amplia -y no sólo de mantenimiento de las que ya hay, a pesar de que han desaparecido los "enemigos" nucleares-. Nos debería de producir la misma indignación que las torturas de la DINA de Pinochet, el terror de los Gemeres Rojos al mando del sanguinario Pol Pot o las masacres entre Utus y Tutsis en Ruanda.
Como dice Pinter, todo lo que se está haciendo en Gantánamo -detención ilegal, ausencia de acusación, torturas, traslados de un país a otro ...- se está haciendo en nombre de una moral, la de los derechos humanos y la democracia, que suponemos superior a la moral tercermundista de los detenidos; y se está haciendo en nuestro nombre, invocando nuestros valores y nuestra dignidad. ¡Pues no! si supieran algo de dignidad y democracia, si creyeran algo en los valores que dicen defender, no se presentarían con las manos manchadas de sangre y dolares a la "comunidad internacional".
Todavía recuerdo la liberación que supuso la caida del Muro y la sensación de ligereza, de claridad, de seguridad, que supuso saber que abandonábamos la axfisiante dialéctica maniquea del o conmigo o contra mi. Y sin embargo hay doctrinas políticas, y casi todas la religiosas, que no saben vivir si no es en un entorno similiar; y si no lo hay se lo inventan, y se retroalimentan hasta que generan los dos bandos, para, por supuesto, poder ser los del bando de los buenos. En resumen ¡asqueroso, pero evidente! ¡gracias sr. Pinter!

3 comentarios:

piezas dijo...

Hay una excelente traducción del discurso de Pinter, que además se montó de forma colaborativa, en

http://www.escolar.net/wiki/index.php/Harold_Pinter:_Arte%2C_verdad_y_pol%C3%ADtica

Un saludo ;-)

Anónimo dijo...

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