11 marzo 2014

Diez años ya ...

Es un tópico días como estos decir que todo el mundo recuerda que hacia este día hace diez años, pero no lo voy a contar por tópico, sino porque es lo que quiero explicar hoy. Yo estaba en un tren de cercanías cuando se produjeron los atentados del 11M, eso si, en algún lugar entre Jerez y Cádiz. Y escuchaba la radio cuando Iñaqui Gabilondo empezó a dar noticias sobre el asunto. Levanté la vista y vi la normalidad e incluso aburrimiento en las caras de los habituales, menos en una persona. Al fondo del vagón la persona cruzo la mirada de terror y estupor conmigo y supe inmediatamente que no escuchaba música por sus auriculares. Hubo un segundo de complicidad, de comprensión. El resto de la gente, probablemente se enteraría en los siguientes minutos, al llegar a su trabajo, facultad o lo que sea, pero en aquel instante, él y yo estábamos en otra realidad.
Muchas veces es muy difícil explicar a los alumnos del Bachillerato lo complicado que es la realidad, pero en ese momento yo experimente, viví en primera persona aquello de Wittgenstein "el mundo de los infelices es distinto al mundo de los felices". En aquel vagón, a escasos metros unos de otros, estábamos en mundos distintos.
Bueno, un recuerdo a todos los afectados y mi más profundo rechazo, asco, a todos aquellos que por unas tristes migajas electorales se enredaron en las pérfida y asquerosa mentira acerca del sentido de aquellas muertes.

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